Queridas y queridos participantes,

Con profundo entusiasmo y gratitud les doy la bienvenida a este encuentro que nace del anhelo de unir aquello que nunca debió separarse: la ciencia del alma, la expresión creativa y la espiritualidad que nos habita. En un tiempo donde el ruido del mundo parece ahogar las voces interiores, este congreso se levanta como un territorio simbólico de escucha, de reflexión y de reencuentro con lo esencial.

Aquí, la psicoterapia se vuelve arte, el arte se vuelve medicina, y la espiritualidad se manifiesta en cada gesto de conciencia. Este espacio no solo busca transmitir conocimientos, sino propiciar experiencias transformadoras, donde cada participante pueda reconocerse creador de sentido y partícipe de una red humana que sana a través de la belleza y del acto simbólico. Cada palabra compartida, cada obra presentada y cada diálogo sostenido son ofrendas al despertar colectivo.

Porque sanar —en su dimensión más profunda— es también crear nuevos modos de habitar el mundo, nuevas formas de mirar lo invisible, nuevas maneras de amar lo que somos. Este congreso es un puente entre disciplinas, generaciones y geografías; un llamado a trascender las fronteras académicas para reencontrarnos en un lenguaje común: el de la sensibilidad, la conciencia y la creación.

Les invito a abrir el corazón, a dejarse tocar por las ideas y por las imágenes, a permitir que la belleza cumpla su función más alta: revelar lo que aún no sabíamos de nosotros mismos.

Súmate al evento más trascendente de la conciencia contemporánea.